martes, 14 de julio de 2009

¿De dónde salieron las fotos?

Por John Lichfield (Página 12, Buenos Aires)

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Henri Cartier-Bresson, referente del fotoperiodismo, fundador de la agencia Magnum, murió en 2004.

Copias hechas por el célebre fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson, supuestamente destruidas después de una inundación, están apareciendo en el mercado, según la viuda del artista. La denuncia es profundamente vergonzante para el gobierno francés, al cual se le entregaron 551 imágenes tomadas por uno de los más grandes maestros de la fotografía entre 1951 y 1970. Un tiempo antes de 1991, las copias fueron seriamente dañadas por una inundación mientras se encontraban guardadas en el sótano del Centro de Artes Contemporáneas de París. El fotógrafo estuvo de acuerdo, aunque con reparos, en que debían ser destruidas. En años recientes, según su viuda Martine Frank, lotes de copias de esta colección “perdida” han aparecido en el mercado de arte francés.

El potencial de ganancias –y de vergüenza oficial– es enorme: el año pasado, una copia original hecha por el propio Cartier-Bresson llegó a los 265 mil dólares en una subasta en Nueva York. “Tanto los vendedores como los potenciales compradores deberían tener cuidado”, dijo Frank, que también es fotógrafa. “Parece que el Estado francés fue doblemente negligente, porque primero falló al cuidar estos trabajos y después falló al momento de destruirlos.” La Fundación Cartier-Bresson, establecida en 2004 tras la muerte del fotógrafo a los 96 años, ha requerido formalmente que el gobierno francés confiese que no destruyó las copias dañadas. El gobierno se ha rehusado a admitir tal cosa, e insiste en que esas imágenes que aparecieron en el mercado del arte deben venir de otra fuente.

En 2001 aparecieron las primeras copias identificadas por el propio Cartier-Bresson como pertenecientes a la colección del gobierno. Se las ofreció a un marchand de París una persona que dijo haberlas encontrado en un tacho de basura. Pierre-Marc Richard, un experto que identificó las imágenes en ese momento, le dijo al diario Le Monde: “Estaban muy sucias. Parecía como que las hubieran pisoteado. No parecían fotos de un archivo oficial”. Tras una queja formal de Cartier-Bresson, su venta fue bloqueada y el incidente fue silenciado. Frank finalmente decidió hablar la semana pasada, después de que se supo que otras copias de la colección estatal “perdida” se ofrecen a la venta.

Henri Cartier-Bresson fue un pionero del fotoperiodismo como forma artística. Fue cofundador de la agencia parisina Magnum en 1947, junto con Robert Capa, David Seymor y William Vandivert, entre otros. A Cartier–Bresson se lo conoce principalmente por sus imágenes de escenas callejeras aparentemente tomadas al azar, y por su descripción de la fotografía como el arte “del momento decisivo”. En 1955 montó una muestra en el Louvre de París con 358 imágenes tomadas en Francia en los años ’30, y en Rusia, Estados Unidos, India y China en los ’40. Esas, y otras 91 imágenes, fueron más tarde entregadas al Estado francés. En 1991, cuando el Centre National des Arts Contemporain (CNAC) mudó sus archivos desde el 16º Distrito de París a La Defense, se descubrió que las copias habían sido severamente dañadas por una pérdida de agua (las cañerías parisinas son notoriamente malas).

Entonces se invitó a Cartier-Bresson a verificar los daños y él estuvo de acuerdo en que las copias debían ser destruidas. Frank sospecha ahora que al menos algunas de las imágenes fueron robadas o simplemente tiradas a la basura, de donde fueron recuperadas por personas desconocidas. Ella dice que su marido, antes de su muerte, identificó algunas de las imágenes ofrecidas a la venta en 2001 como copias que había hecho únicamente para la muestra de 1955. Claude Allemand-Cosneau, director del CNAC, le dijo a Le Monde que estaba “profundamente apenado” por Frank, pero que no había pruebas de que las imágenes que hoy aparecen hayan sido de la colección perdida.